M E N D O Z A.-
Me recibiste una tarde
De sol, vid y alegrías...
¡Audaz, gigante y altiva!
Encumbrada, ¡Oh tierra,
Manto rojo del Uspallata!
Y el dorado Puente del Inca,
Anidando en sus entrañas
Los misterios de muchas
vidas apagadas.
¡En el Cordón del Plata,
Titila el sol en su ocaso,
Entre sus cumbres arrogantes!
¡Imponente y majestuoso Aconcagua!
Orgullo de tu pueblo,
Centinela de intrusos
Que quisieron hacer patria
Desafiando tus amenazas...
Acequias, diques y ríos,
Cascadas de lo alto
¡Majestuosa mi entrañable!
¡Madre de vides, sol y olivos!
Mendoza me llama
Desde mis añoranzas
Y al son de tus notas
De bailecitos, cuecas y zambas.
Buenos vinos y floridas plazas...
¡Si la Virgen de la Carrodilla
Patrona piadosa me escuchara!
Y yo pudiera volver a tu suelo,
De labranzas e historias gestadas.
¡Mendoza tierra de encantos,
Cuánta alegría brindada,
Si hasta una niña
Marcó mi vientre,
Naciendo en tus surcos fértiles!
¡Oh, encumbrada tierra,
Manto rojo del Uspallata!
Caracoles del Villavicencio
Que albergaron nobles y gringos
Entre tus verdes matas.
Nado en mis recuerdos
Inmensos de congoja,
De tus vides y olivos,
Y del tramo de mi historia
Que quise dejar contigo.
¡Cómo olvidarte mi Mendoza!
Si te anclaste en mi pecho
Y tu nombre es un sentimiento
Imposible de alejar.
¡Madre de vides, sol y olivos!
Tu me llamas en cada ocaso
Y mi espíritu obediente,
regresa a tus cumbres nevadas,
Para cobijarse en tus entrañas
Y no querer regresar.-
INDIANA A. BAUER
Viví en esta bella provincia durante un año. Mi hija Macarena nació en la Ciudad de Luján de Cuyo. Allí quedaron partes de nuestras historias. Las maravillosas vivencias se plasmaron en mi espíritu que en cierta forma relato en este poema como tributo a su magnificencia, a su cultura y a su gente tan cálida y hermosa...
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