sábado, 13 de diciembre de 2008


mi compañera inseparable...
Ella es mi hija Marianela, Omo Osun. Es quien día a día me sostiene para que no claudique. Es quien me acompaña en los buenos y malos momentos de mi vida.¡Nuestra vida!Quiero a través de estas palabras honrar a su Ori, a su Orisa Osun que la han puesto en mi camino ya que su esencia es parte mía, es parte de nuestros destinos...
Para ti mi cielo
Que todas tus bellezas se expandan por los cuatro puntos cardinales y que cumplas con todos los preceptos pactados.
Que la vía elegida sea correcta y no dudes de tus pasos.
Intenta ser felíz de la manera que puedas pero con prudencia, sin lastimarte ni permitir que te lastimen, mucho menos herir a otros.
Que honres siempre a tus ancestros, Ori, Orisa y guias espirituales de la manera en que te enseñé, con amor, respeto y mucha responsabilidad.
Sé que superarás los obstáculos, soy tu maestra, viste mi ejemplo.
Lograrás muchas cosas bellas y hermosas.
Sé que tus sueños y anhelos se verán concretados por tu inteligencia, tenacidad y dedicación.
Gracias hija de mi vida por estar siempre a mi lado y, sobre todo, por brindarme este amor inifinito e incondicional.
¡Qué Osun colme de felicidad y oro tu camino y destino!
Te amo
Mamá Indiana

lunes, 1 de diciembre de 2008

1 de diciembre "Día mundial de la lucha contra el SIDA"




...UNA VERDAD POSTUMA...
A mi gran amigo C B

Comprendo ahora lo que la vida me señalaba. Ella, una y otra vez, se encargaba de insinuarme todo acerca de mis ligerezas, de mi soberbia, de esa vanidad tonta y absurda. De mi desamor hacia todo lo que me rodeaba, y sobre todo hacia mí.
Austera y servilmente estaba entregado a las apetencias carnales. Sin tapujos, me burlaba de aquellas frases casi, casi, hechas a modo de parábolas a las que, con insignificancia y hasta desprecio; desoía. Tal vez por miedo, o quizás porque ya sospechaba este encuentro tan inoportuno .
No recuerdo cómo pasó, pero así sucedió entre días sin sol, porque no los veía, más que en alguna u otra ocasión que mi desprendimiento espontáneo al alcohol y a la droga, me regalaran un momento de lucidez. Pero cuando ello acontecía, en contadas ocasiones, me sentía extasiado y hasta infame. Solo que no duraba mucho tiempo en ese discernimiento entre lo bueno y lo malo, dado que una voraz excitación se apoderaba de mí repentinamente, cayendo en esa extraña y asesina opresión que me llevaba a drogarme cada vez con más frecuencia...
Ni recuerdo cómo ni cuando sucedió, lo expliqué antes. Pero aún, haciendo un reconto de mi vida, no llegaré a ninguna u otra conclusión contraria, salvo la mísera reflexión que quizás, pueda servir de apoyo, a chicos como tu, que todavía pueden lograr huir de esta voracidad tan oscura y dolorosa.
Me llamo SEBASTIÁN, tengo 25 años. Fui criado como hijo único, entre los cuidados y cariño que los padres pueden observar y entregar a sus hijos. Mi vida estaba rodeada de obligaciones, entre estudios, juegos, y deporte; hasta que al conocer a CLAUDIO; cambió mi destino.
Quizá, siempre me sentí distinto. Solo cabía en mí, estar disconforme con mi cuerpo. Siempre me sentí distinto a los demás; nunca supe qué era lo que me pasaba. Eso creía, y ahora entiendo, aunque entonces, ya todo se perfilaba inexorablemente ambiguo y conmovedor.
CLAUDIO, era la antítesis mía. Lo conocí en el Country Club. Yo recién había comenzado a trabajar en el Banco y había concurrido a entrenarme como era mi costumbre; al natatorio. Si bien tuve algún que otro romance con chicas, jamás pude sentir esa cosa a la que llaman amor. Quizá, me asustaba pensar que cierta vez, siendo un niño, yo me había enamorado de mi propio maestro, así que traté de olvidar esa situación que me llenaba de vergüenza. Pero no así, cuando descubrí por primera vez, la ansiedad que me provocaba estar cerca de JORGE.
Mi padre me hablaba sobre el sexo, de mujeres con cierta morbosidad. Me llevó a un prostíbulo para yo tuviera mi primera relación sexual... Me daba dinero y hasta las llaves de la casa de Belgrano, para que yo tuviera mis encuentros con supuestas señoritas de la alta sociedad. Toda esta parodia me volvía loco. Buscaba desesperadamente encontrarme entre todo este absurdo. Decididamente, no me animaba a pensar siquiera, en ser homosexual. No lo aceptaba (quizás porque no me animaba a enfrentar a mis padres... o a mi propia verdad).
CLAUDIO me cambió la vida. No fue fácil resolverlo, mucho menos en mi entorno. Produjo en mí, cierta inquietud primero. Luego las charlas cada vez más animadas. Viajes a la costa o a Punta del Este, hasta que llegó la droga y con ello todo lo demás. Al principio, reconozco que el pudor me bloqueaba insistentemente hasta que las evidencias (que no se podían desterrar) y lo descerebrado que estaba de amor hacia él, me permitieron admitirme como un Gay en esta sociedad tan hipócrita. Decidí no entrar en ese juego despótico y farsante. Me asumí. Decidí vivir mi amor y con ello la locura de sentirse amado...
Pasó casi un año entre viajes, salidas, juergas... CLAUDIO me había pedido ir a vivir juntos. Mis padres, no deseo hablar demasiado de ello por el dolor que me causa. Mi padre cuando supo que su único hijo era gay; le dio un infarto. Se lo dije un domingo de Pascuas. Desde entonces, mi madre vive en una singular y diría eterna soledad, signada por la muerte y el dolor.
Todo parece enfrentarse a uno mismo. Las paradojas de este tránsito mundano, nos llevan a caer en descreimientos, en conformismos a veces, en volvernos autistas montados a una cruz de lamentos y arrepentimientos.
Todo pasó hace apenas unos cinco años. La relación entre él y yo pasó a ser nada más que un atormentado recuerdo. A su partida a quien sabe dónde y con quien, pasé mucho tiempo sumido en una profunda depresión. Mi adicción se hizo cada vez más evidente. Perdí mi empleo, algunos amigos se acercaban a mi departamento, en el que ya pocas cosas quedaban porque las iba vendiendo para comprar más droga. Al tiempo, ya recibía visitas ocasionales donde descargaba todas mis broncas e impotencias... además del sexo. El consorcio estaba dispuesto a echarme. No podían pero enviaban patrulleros cuando el alboroto era insoportable.
Es cierto que toda esa promiscuidad, llegó hasta el punto de convertirme en un asqueroso e infame parásito descerebrado... Lo reconozco, como también, que mi infortunio amoroso fue nada más que una excusa para reflotar al ser rebelde que había en mí.
Hace dos años me llamó CLAUDIO, su voz no era la misma, algo quebrada quizás... me hacía acordar a la voz de mi padre cuando se enteró mi verdad... Aunque no sé si fue peor escuchar la voz de CLAUDIO; o recordar a mi padre. Hablamos un poco. Se notaba cansado y hasta agitado. Tosía de vez en cuando y me comentó que tenía fiebre. Quise ir a verlo. Él me lo impidió pues no quiso decirme desde dónde hablaba. Una semana más tarde, CRISTIAN, un amigo en común, vino a mi departamento, traía una carta de CLAUDIO para mí donde me anunciaba su terrible. Enfermedad, de la cual no lograba mejorar.
Hoy hace 1 mes que estoy internado, tratando mi miserable humanidad. CLAUDIO ya no sufre. Mi dolor no me deja vivir, mis recuerdos y aquellos días tan oscuros se presentan como esas oportunidades que tuve para cambiar mi vida y no supe aprovechar.
Por ello, no puedo decir, cómo, cuando ni dónde ocurrió. Jugué y desafié las tramas del destino. Hoy, esta quimera que nos signa a todos los mortales defectuosos, me lleva a ofrecerte mis palabras: ¡Nunca es tarde para cuidarte!
-La prevención es vital y necesaria para nuestro cuerpo y espíritu.
-No discrimines nunca a un enfermo de SIDA, no olvides que ella te ronda y te puede atrapar si te abandonas.
-Como el amor pasa por uno mismo al otro; también lo hace el SIDA si no tomas prevenciones...
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Nota: SEBASTIÁN no pudo terminar esta carta, el SIDA no se lo permitió y lo llevó a una muerte penosa con sus fantasmas a cuestas. Que no te pase lo mismo que a él.
"...Comienza amando de verdad, preserva al otro de este dolor..."

INDIANA A. BAUER
Mención de Honor y medalla
C.O.P.S.E E. Echeverría año 2000
Derechos Reservados

miércoles, 19 de noviembre de 2008

EL ARBOL DE LA ANCESTRALIDAD...

Cuyas raíces nobles sostienen y mantienen rígida y erecta la base y columna de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra casa. Ese árbol, representa la ancestralidad. Aquellas cosas que no son fortuitas o al azar, sino que provienen de un "algo o alguien". Es el camino... Para los Yorubas el ancestral es una fuente inagotable, sea por su sabiduría o fortaleza. Es quien nos acompaña ahora y a todas nuestras generaciones. Emi o mona kan eyi ti nba gba r’elejogun o. Eyi nab gba r’elejogun, eyi nba gba r’elejogun. Egbe ope o. Recordaré siempre que cuando no supe qué camino seguir, debí seguir el destino. He seguido el camino que me ha marcado el destino. Siempre deberé seguir el camino que me marque el destino. Por eso los Ancestros y los mayores escuchan mis plegarias. (Indiana Bauer)

miércoles, 12 de noviembre de 2008

YEMOJA

Madre por excelencia.
Madre Pez, madre cuyos hijos son peces.
Fertilidad y creación.
Belleza y sensualidad envuelta entre los misterios que oculta en su vientre.
"Mujer de los senos llorosos"
Yemoja mujer sirena que canta y enamora al solitario navegante
Yemoja, la creación en toda su esencia
porque pare a los seres, porque es nacimiento...

Yalorixa Indiana T´ Yemoja
2008.-

domingo, 9 de noviembre de 2008

De bailes y abolengos...

COFRADIAS


“Alguien pensó que los negros
no eran zurdos ni ajenos
y se formó el regimiento
de pardos y morenos”

“Para Seis Cuerdas”
Jorge Luis Borges



Organizaciones, Cofradías e Instituciones de la época:

Estos establecimientos de antaño cumplieron una función importantísima dentro de la Sociedad, ya que si bien los afro porteños avanzaban socialmente a pasos gigantes, lograban, aún sin mucho éxito, insertarse dentro de los círculos específicos a los blancos, Estaban propensos a la humillación, sufrían la intolerancia, el racismo
que devenía con el desprecio hacia esta comunidad.
Amantes del baile y la música, sus tertulias eran la cepa de la alegría y el bienestar espiritual al son de las milongas, tangos, y habaneras.

Presento aquí un listado de algunas Sociedades de época:

Sociedades carnavalescas:

Delicias Porteñas - Esmeralda al 500 entre Córdoba y Paraguay Capital Federal-
La Estrella del Sud- Piedras 505- Capital Federal- “Las Delicias del Sud”: Lima 442-
Club “La Retirada” “Las esclavas”, “Las Libres”, “Las Bonitas”, “Las Feas”, “Las Bromistas”, “Las Serias”, “Las verduleras”, “Las Compadronas”, “Las Limosneras”, “Las Aristocráticas”, “Los Tenorios”, “Tenorios del Plata”- “Progreso de la Creación”- “Gauchos del Sud”, “Símbolo Republicano”, “Gauchos del Sud”, “La Unión Fraternal”, “ Los Infelices”,”Negros Esclavos”,“Negros Ferreros”, “Negras lavanderas”, “Raza Africana”, “Changadores”, “Estrella del Este”, “Negros Congos”, “Negros Minas”, “Los Humildes”,“Quizamá”, Los negros del Sud”, “Los Bromistas”, “La Juventud”, “La Aurora”, “Negros Libres”, “6 de Enero”, “Los Tunantes”, “Las Mumbonas”, “Amigas de La Broma”, “Las Unionistas”, “Las Humildes”, “Las Soberbias”, “Tenorias del Plata “, “La Hermandad del Rosario”, “La Hermandad del Socorro”, “Sociedad Socorros Mutuos El Carmen”,” La Unión Proletaria”, “ La Protectora”, “La Republicana”, “Cofradía Hermanos del Rosario”, “Los Negros Munyolos”, Los Hijos del Orden”,”


Algunos diarios y gacetillas de Epoca:

La Broma: (28/1/1870)- La Idea- El Aspirante- La Juventud- La Igualdad-
La Nueva Generación- El Candombero- El Artesano- El Demócrata
La Prensa- La Crónica- Caras y Caretas- La Raza Africana- El Proletario-

Estas citas fueron extraídas del ejemplar “Piedra Libre para nuestros NEGROS”- Tomás Platero- Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires- Año 2004



Compilados de coplas, canciones de la época

Recopilación: Tomás Platero
Extraído del Libro: Piedra Libre para nuestros NEGROS” y
autores varios ó anónimos


Buenos Aires de mi amor
Oh, ciudad donde he nacido,
No me arrojes al olvido
Yo que he sido tu cantor:
De mi guitarra el rumor
Recogió en sus melodías
Que jamás han de volver;
Los viejos cantos de ayer
Que fueron glorias mías.

El Adiós de Gabino Ezeiza (Milonga de Maciel y Blomberg)


Referencias Carnaval

Periódico “La Broma” Poesía (a la sociedad –carnavalesca_ negra esclava)
Buenos Aires, Noviembre 22 de 1877


Saludo ala negras esclava
Con alta properida
Que yegando sus dos años
La saludo con amistad
Yo asisti a dicho vaile
Que me en viaron ami
Y era triste que un desaire
Tuve pronto que sufril

El baile estaba lindísimos

Noce podia...negal
Que avían muchachas
Con quien uno gosar

Yo asisti a la tertulia
Y me dejo que pensar
Que iva triste y con gran furia
Y me puse yo availar

Tocaron una vanera
Y al finar un rringondon
Y a mi vella compañera
Se le cayo el polison

Suspiro noche y día
Suspiro sin cesar
Por una nehra esclava
Que me quiso abrasar

Mi amor no me sujecta
La pasión de un moso honrado
El continuo la flor de un poeta
Sera amante triste y desairado

Le diré por conclucion...
que el amor no me nagena
con todo mi corasón
por segir una morena.

Un Tenorio: Tomás Rivero

Poesía dedicada a la sociedad – carnavalesca-
“Tenorios Musicales” en Noche Buena
Buenos Aires, diciembre 27 de 1877


Marcha coreada

Nosotros los tenorios
debemos cantar,
vivan los socios
de la sociedad.
Los Tenorios Musicales
El taran, tan, plan

tengan niñas precaucion,
porque son los mas notorios
que en el mundo puso Dios.

Pobres Tenorios
al son de cajas,
Alegres himnos
quieren cantar;
oído, señores,
oído atento
que ya comienza

Estamos en noche buena,
y es noche de cantar
Que linda noche serena
Festejar la Navidad

T. Rivero

CIRCO NACIONAL

Dicen que el “Beodo” el del Circo
que le llaman Nacional
No deja entrar á las “negras”
por que no saben bailar.

Dicen también que a la “Chusma”
tambien le es prohibido entrar
pero entran “gabiones” finos
que estudian para robar.

Y cantando la “milonga”
en tono DO mayor,
las recibe el empresario
con el agrado mejor.

De la boca vienen “loras”
con polleras de “cancan”
Sin que les falte la “bota”
Ni en la liga el puñal.

Con el “reboso” terciado,
“cachimbo” a medio acabar,
entran por la portería
como ovejas al corral.

La caña con limonada
figura que es un primor,
y Beodo, chupando prueba
que también es bebedor.

Y Beodo ya apronta el “guizo”
y vá a buscar que tomar
pero vuelve descontento
porque no le quieren fiar.

Se arma cada trifulca
como una gran tempestad,
y trompis y puñaladas
-esposa de Atierra-


Asi son los bochinches
Del Gran Circo Nacional:
¡¡¡Y no dejan entrar “negras”
porque no saben bailar!!!

Firma: Restituta

Canción de la comparsa negra “Los Tenorios”, publicada en el Carnaval de Buenos Aires; 27,28,29 de febrero de 1876.-

“ EL TENORIO ULTRA” (Fragmento)

Tu norte, Tenorio es,
Habiendo música y baile,
Fingir muy poco el desastre
Para conquistar después
voz
Tanto en Terpsícore inspiro
Que recuerdo con afán
Las bellezas que en ti admiro
Cuando bailas el can-can.

(...)
Yo no desprecio el Candombe
El schottis, habanera o vals,
Porque se deleita el hombre
En todo lo que es bailar.

*Desmemoria-Año 6- Nº 23/24 1999- Pagina 14

Nestor Ortiz de Oderigo ha recopilado diversos pregones que entonaban los negros afroargentinos, aludiendo hechos

(Voces de los serenos)
* ¡Las do-ce han da-do y se-re-no!

(Vendedora)
* ¡Compren urracas y chalas cortadas!

(Vendedora de Mote)
* ¡Al rico mote de la negra Benita!

(Mazamorrera)
* ¡Mazamorra cocida para la mesa tendida!

* ¡Espesa para la mesa la mazamorra cocida!

* ¡Mazamorra, mazamorra!
El que quiera que me llame,
que me llame y no me corra...

* ¡Mazamorra fresquita,
Con azuquita!
¡Mazamorra caliente,
guena pal diente!
¡La rica mazamorra
pa quien la quiera!

(Vendedor de manteca)
* ¡Manteca y grasa para el alivio de la casa!

(Lechero)
* ¡A la buena leche gorda!
Por capricho soy soltero;
Que el lechero
Gozar de libertad;
Y no tengo más vestido
Que un bonete carcomido
Y un raído chiripá.
¡A la buena leche gorda!

(Aguatero)
Patrona, lleva el aguita;
Prepare ya su cacharro
Que del tambor de mi carro,
El agua sale fresquita.

De Palermo a la Recoleta
De San Telmo a Monserrat,
Voy llevando mi carreta,
Agua fresca a la ciudad.

“Aguatero”, agua fresquita
que quita los males,
que quita las penas
Como agua bendita.
¡”Aguatero”, compre señora,
Agua fresca de mi tambor!

(Vendedor de Pastelitos)
* Ya se acaba el rico frito,
¿Quién te llama, pastelito?

* ¡Qué ricos son los pasteles!,
morenita buena moza;
yo quiero probar tus mieles,
Dame, negra, de tus tortas.
Guayaba, turrón, vainilla,
Bizcochitos para el mate;
Parate, mi bien, parate
Que te compraré un pastel.

(vendedor de plumeros y escobas)
* ¡Patrona, patrona, plumeros y escoba!

(Vendedores varios)
* ¡Aceituna, una!...
* ¡Ricos tamales federales!
* ¡Alfajores!

COPLAS

Hacemi favol, ño Pancho,
De esplical mi tu papeli,
Polque yo soy bosalona
Y no puedo entendeli.
Yo quisiela que uté me diga
Lo que ti queli deci,
Polque tío Juan, mi malido,
Quiele también escribí.
El es neglo bosalona
Pelo neglo fedelá
Y agladecido a la patria
Que le dio la libertad.
Ese neglo cada noche
Sueña con don Juan Manuel,
Y luego, de mañanita,
Otla vesi hablando de él.
Como eti gobelnadola
Me dice, e niño tan guena,
E pleciso, Catalina.
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Que el señol nos lo conselba.
Ya vites en el Candombe
Como glitaban los morenos:
“¡Via nuestlo padle Losas,
el gobelnadol más gueno!”

(Año 1830 Coplitas entonadas por los negros en los Candombes Federales
Néstor de Oderigo)- Pag. 140- 141


INFANTILES

DANZA NEGRA
(Fragmento)

Calabó y bambú
Bambú y calabó,
El Gran cocoroco dice: “tu-cu-tu”.
La Gran cocoroca dice: “to-co-to”.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Pó.
El cerdo en el barro gruñe: “pru-pru-prú”.
El sapo en la charca sueña: “cro-cro-cro”.
Calabó y bambú.
Bambú y calabó

LUIS PALOS MATOS
LA NEGRA SIMONA

(Estas versiones las cantaba mi padre
cuando era niña y a todos sus nietos)


La Negra Simona y el Negro Simón
Se van de paseo y de gran conversación,
la Negra le pide para un peinetón
el Negro se da vuelta y le dá un bofetón!

“Negra sinvergüenza, cara de lechuza
quieres que te compre
lo que no se usa...”

____________________________


LA NEGRA Y SUS TRES NEGRITOS


En un convento borombombon
de San Francisco Borombombon
había una negra, Borombombon
y tres negritos borombombon


mientras la negra, borombombon
hacia pasteles, borombombon
los tres negritos, borombombon
hacían bollitos, borombombon...


Estas son versiones que fueron extendiéndose entre algunas generaciones de mi familia y que en la actualidad las continuamos utilizando como un legado. I.B

Del libro: "Lágrimas Negras"
Breve historia de la esclavitud en el
Río de la Plata y sus consecuencias.-
Indiana Bauer
Derechos Reservados
Buenos Aires- Argentina




DE BAILES Y ABOLENGO...


Esta designación se debió al retumbar insaciable de los tambores durante los festejos del carnaval. Por allí, las procesiones de los negros : Cabundas, Benguelas, Mondongo y Angola, llenaban de alegría y desparpajo a la Ciudad.
A pesar de que los negros han desaparecido de nuestro país, han dejado el recuerdo de sus carnavales donde bailaban sus alegres candombes y dieron nacimiento a músicos destacables como el negro Grigera, Bernardo Pintos, Gabino Ezeiza, Maestro Navarro, Mendizabal.

¡Eco de tamboriles que retumban como notas fantasmales en las calles del arrabal!
Concepción, San Telmo, Montserrat, El Tambor, El Mondongo, Plaza de la Fidelidad, Gran Aldea, Santa Lucía y El Buen Orden, barrios que albergaron la alegría palpitante de los negros sin nación
Oderigo, puntualiza que: “La ceremonia de la “Danza de Santo”, era un culto hierático y esotérico. También centra su atención sobre los ornamentos y modalidades fetichistas de estos esclavos llegados al Río de la Plata y señala lo siguiente: “como un acto mágico-litúrgico la usanza de cuentas, carozos, piedrecillas, cacharros, botellas de bebidas –“chicha” o simplemente agua- los collares o rosarios africanos, distintos amuletos y de más parafernalia característica del África. Inclúyanse, además, una vasija, en la que depositaban monedas para los dioses africanos” Pues vemos que con ello se garantizaba el acercamiento al movimiento de los elementos llamados Orixá.”
“...La transculturación es la ciencia que nos enseña que a medida que dos o más sectores etnográficos o culturales entran en contacto y estrechan vínculos, se produce dicha manifestación...” (Néstor Ortiz de Oderigo)
Durante el siglo XVII, los pretos asentados en el lugar, hacían bailes en honor de los santos católicos, respetando su salvaje y erótico estilo africano. Ya la iglesia católica daba su consentimiento para la formación de cofradías que desfilaban alegremente con instrumentos típicos y hermosos trajes, imitando a la realeza de sus pueblos y chasqueando los elegantes señores de la sociedad porteña.
Diversas comparsas negras se mezclaban en las pasarelas con las diversas colectividades: españolas, italianas, alemanas, además, los afroporteños le daban un condimento especial con sus coloridos parasoles, acentuando un testimonio de gozo
y amistad, al menos por los tres días que duraba el carnaval.

“... Las ancestrales “Fiestas de Carnestolendas” tienen lugar en occidente antes de la celebración cristiana de “la cuaresma” y precede al “ miércoles de ceniza”. En esos tres días, otrora, se suspendían las actividades y los festejos eran de gran algarabía con agua, baile y disfraces.
La ciudad Buenos Aires, con la llegada de los esclavos provenientes desde el Sur de Brasil tuvo su espectáculo a partir de sus danzas u homenajes a los Orixás que conciliaban con los santos católicos. A su paso los negros contribuyeron a dar colorido y matices aún más paganos con su típico candombe, acompañando este ritmo con dinámicas contorsiones cuyos ropajes de rayas anchas, grandes plumas, sombreros vistosos ridiculizaban a sus amos. Al frente de esta procesión iban los Reyes del Congo con sus parasoles que expresaban un emblema de alcurnia, de nobleza. Esta extraña y vistosa comparsa con cánticos mixturados en lenguas nativas de los Congos y Benguelas, brasileña y española, atrajeron la atención del Gobernador Juan Manuel de Rosas y su hija Manuela quienes eran asiduos asistentes a estas fiestas.
Con el tiempo, la transculturación hizo que los negros fueran insertando pautas culturales de los blancos en sus hábitos. Por entonces, la importación de ceremonias y rituales de la Europa romántica por parte de los señoritos de la elite porteña, que deseaban manifestarse con temas relacionados a esta intelectualidad europea. Satirizando, a su antojo, a modo de queja o mensaje sobre aquellas cosas que significaban un límite o iba en contra de sus pensamientos o ideales. Era la rebelión de esta juventud, que deseaba expresarse e imponerse a una sociedad puramente conservadora y moralista y lograr así, una clase totalmente renovada. Estas sociedades patricias, además, ridiculizaban a las diversas colectividades y cofradías de inmigrantes que daban brillo, color y alegría, revelando durante la procesión mensajes sobre identidad, cultura y tradición de sus pueblos en las letras que entonaban al paso de su comparsa.
Todo esto resultaba en el centro de Buenos Aires, pero muy pocos eran los que tenían acceso a estos festejos ya que los medios de transporte y las distancias no eran propicias para poder disfrutar del acontecimiento... El clima ardía y el escarnio de Momo se acentuaba. Se acercaba aún más desde la Capital Federal, integrándose a sus fechorías algunas comparsas famosas, como por ejemplo: “Los turcos de Barracas”, “Submarino Peral ”, “Marina”, “José Verdi”; destacándose las comparsas locales “Marinos del Sud” (de Banfield) que engalanó todas las fiestas con su presencia aún en otras localidades...”
”Indiana Bauer (Ponencia CEPEI año 2002 “Cuando el Rey Momo Sedujo en Lomas de Zamora” Sucesos y Vivencias de los Carnavales lomenses)

El Candombe, danza de los negros, permaneció viva en Uruguay y Buenos Aires. En
esta última ciudad, el carnaval relucía con todo esplendor sobre los barrios de la Gran Aldea.
En 1743, el Gobernador de Buenos Aires, Domingo Ortíz de Rosas, prohibió a los negros expresar su música y danza. Años más tarde Juan José de Vértiz impide y descalifica a los negros expresar su danza ya que estas son al toque del tambor. El diario “La Broma” en cuya edición del 22 de febrero de 1878 se refiere a la festividad pagana:


“Ya estamos en carnaval... ninguno faltará a las “Delicias”, al “Coliseum”, a las
“Ninfas Porteñas”, a las “Alegrías Porteñas”...
*Tomás Platero


El diario “La Broma” el día 25 de diciembre de 1879 hace mención sobre una publicación del ejemplar “El pueblo Argentino”, sobre la prohibición del ingreso de “negros” a la entrada “Jardín Florida”. Lo mismo sucede el día 17 de enero del mismo año donde “El Porteño” considera la resolución del “Staking-Rink” donde impide el ingreso a personas de color.


Por entonces, los desfiles de mascaritas, coches adornados, hasta los carros lecheros eran ataviados con maravillosa dedicación. No existían las trivialidades y casi todo era tomado con mucha alegría por los asistentes a pesar de que la concurrencia no era mucha. Sí se sabe de ciertos personajes de la sociedad, quizá los más conservadores, que veían vulgar a este tipo fiestas rústicas y que apelaban incasablemente a prohibirlas” Indiana Bauer (Ponencia CEPEI año 2002 “Cuando el Rey Momo Sedujo en Lomas de Zamora” Sucesos y Vivencias de los Carnavales lomenses)

En las páginas del Diario “La Broma” del día 11 de julio de 1882 se hace referencia a que en la Confitería del Concierto, sito en Bolivar, esquina Comercio-Humberto I fue invadida por curiosos que deseaban escuchar las milongas de dos payadores célebres, entre los que se encontraban el recordado Gabino Ezeiza.
Las circunstancias sociales hicieron que con el transcurso del tiempo el negro se fuera despojando de sus temores y, de a poco su presencia fuese insertándose al ritmo de una elite cuasi europea que crecía, incorporándose a las tareas y menesteres que eran exclusivos para la sociedad blanca. Comenzaron a reunirse entre naciones formando cofradías, instituciones y agrupaciones de socorros mutuos. Tuvieron sus propios periódicos o gacetillas de época en donde se pueden observar las noticias sobre Tertulias y reuniones que estos afroporteños tuvieron ya sea en clubes propios o casas de familia de su comunidad , como así también las exclusiones que sufrían por la intransigencia de los blancos.
Del libro "Lágrimas Negras"
Breve historia de la Esclavitud en el Río de la Plata
y sus consecuencias
Indiana A. Bauer
Buenos Aires- Argentina
Derechos Reservados

sábado, 8 de noviembre de 2008

EL MISTERIO




Cuántas veces nos preguntamos íntimamente sobre los diversos conceptos que encierran los dogmas religiosos, o sea cosa secreta (eró) para muchos de nosotros.
El misterio de la vida, el nacer del hombre, el renacer del espíritu en busca de una nueva evolución. Fusión irreprochable e inexplicable entre la carne y el emí (espíritu), donde ambos convergen obedeciendo a dictámenes supremos.
Nada queda librado al azar, todo posee una razón, una causalidad en donde el hombre participa activamente como vehículo del Emí, que debe cumplir los objetivos trazados con anterioridad a su nueva reencarnación, a su nueva forma ya sea de hombre o mujer. Transitar ese camino, cumplir los preceptos y al morir la carne, el emí habrá logrado o nó su evolución.
El misterio que nos rodea, del aire que respiramos, de la belleza de las plantas y flores, de aquellos retoños que en su tiempo biológico comienzan a crecer.
El misterio del cosmos. Del Alfa y Omega, cuyo trazo puede ser infinito. Nadie sabe donde empieza ni dónde termina.
Cuál es el principio de la vida y cuál el de la muerte...
De aquellas civilizaciones antiguas que hoy nos alimentan intelectualmente con sus exquisitas teorías; cultura, razón de vida y de la creación divina.
La religión africanista conlleva a manejar estas situaciones inexplicables, y sus sacerdotes son los misionarios terrenales en propagar la cultura y doctrina ancestral de los pueblos africanos. Exquisita mítica, desbordante de sagradas leyendas y tradiciones que la sociedad blanca nunca supo ni sabrá valorar.
Justamente, por el misterio de cada cántico, cada ofrenda o el resonar de un tambor, es el miedo que paraliza al hombre ante lo desconocido. El terror y la confusión de no ser partícipe activo, por su ignorancia manifiesta en una negación absoluta, dando descrédito de aquello que no puede comprender; porque nuestros arcanos no siempre se ven, se palpan o se escuchan.
En su sentimiento el sacerdote hace prevalecer, ante todo, la razón y mandato de los Orixás (Fuerzas de la naturaleza, subordinados de Olorúm). Muchas veces alternando el esoterismo, bien conocido desde hace tiempo, y así poder ordenar un camino, un modo o estilo religioso.
Y así, cada casa, cada templo, cada hombre, cada cosa, tiene su secreto, sin que ello provoque una refrenda entre los buenos y los malos, porque todos, absolutamente todos, poseemos dicha ambivalencia. La polaridad cerca al universo y el poder de ello al hombre, y esto, también es un misterio.
Pero cuando pensemos en cosas ocultas, dogmas o misterios, solo debemos mirarnos al espejo, y al reflejarnos, veremos cuan grandioso es el ingenio de la divina creación, llámese Dios, Jehová, Olofi, Olodumaré u Olorúm.
Todos le pertenecemos y así debemos respetarnos como hermanos que somos.
Quizá sirva esto como una reflexión de vida.-

Axé


Indiana A. Bauer
Yalorixá Indiana de Yemanjá Bomi


Publicado en la Revista Axé. Luz-Espíritu y Verdad de la religion africana
Año 1- Revista N° 11.- Abril 1998. Derechos reservados.-

8 de Noviembre...




Se celebra a partir de 1949 a pedido del Instituto Superior de Urbanismo de la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa, que partió del ingeniero argentino Carlos María Della Paolera, consiste en crear la conciencia de habitar en ambientes sanos y gratos con espacios verdes.

Esta conmemoración pretende recordar acciones necesarias para el bien común como el aumento de parques y zonas recreativas, la remodelación de algunas áreas ciudadanas, la terminación de obras de desarrollo urbano, la descongestión de zonas superpobladas y aquellas medidas que disminuyan la contaminación del aire y del agua.
1973 Día de la Radiología
Fue instituido por el Ministerio de Bienestar y Acción Social el 8 de noviembre de 1973, por solicitud de la Asociación Argentina de Técnicos en rayos X y Fisioterapia.(Fuente: Sociedad Argentina de Radiología).

viernes, 7 de noviembre de 2008

"Hada, duendes y un bosque"



“hada, duendes y un bosque”


Los rayos del sol apenas surgían entre las frondosas y añejas arboledas. Un fuerte olor a eucaliptos se mezclaba con el aroma de las hierbas húmedas. Hacía frío. La bruma de la noche se iba perdiendo entre la espesura del bosque al sol naciente. Había varios charcos y ramas rotas. Por allá lejos, se veía una pequeña y pintoresca cabaña.
Caminé cadenciosa, ilustrándome con este maravilloso paisaje hasta que un chillido, casi imperceptible y un golpecito en la pierna, reveló que algo sucedía. Miré hacia abajo y no vi nada. Apenas giré la cabeza hacia mi costado derecho y algo pegó en mi rostro. ¿Una piedra? Pensé. No, simplemente era algo pegajoso parecido a una torta diminuta. ¡No entendía nada!
Seguí caminando solo apenas dos o tres pasos y alguien me habló:
_ ¡Pst!... ¿Te crees viva por ser más grandota que yo? ¿eh? _

Con ganas de correr, miré desesperada hacia el lado de donde provenía la voz. De la nada apareció una jirafa... ¡¿una jirafa en medio de un bosque?! . Claro, me di cuenta que era un bosque encantado.

_ Hola Jirafa. ¿Qué quieres? (le dije)

_ ¡Nada, gordita, no soy una jirafa, soy un duende! Me tuve que hacer más alto que vos para que me vieras y recordaras que debes mirar por donde caminas. Casi me aplastas.

_ Disculpa, pero venía tan embelesada con el paisaje... (me interrumpió dando feroces gritos)

_ ¡Nada... nada! ¡Calla esa bocota enorme e inservible que tienes! (decía esto mientras se refregaba las patas contra la tierra)

_ Pero, duende... (traté de decirle...)

_ No me enfades, déjame hablar o te convierto en sapo...

_ Bueno, habla... (le dije con resignación)

_ Debes ayudarme con el hada. El ogro “Sarcipin” se la llevó cautiva mientras ella dormía. Todo el poder del hada está en su varita y en las palabras mágicas que debe pronunciar...

_ ¡Ah! ... (no me atreví a continuar hablando)

_ Pues el Ogro se llevó a nuestra amiga Hada “Lucesol” y ella sin su varita nada puede hacer. Nosotros los duendes no podemos auxiliarla, por eso, antes que te convierta en un tremendo sapo la debes rescatar.

_ ¡Si no queda otra! ¿Qué debo hacer?

_ ¡Bla...bla....bla...bla....!

_ Bueno, así será. Antes de la medianoche vuelvo con el hadita. Pero quedate tranquilo duende, ni se te ocurra ponerte nervioso a ver si todavía me conviertes en sapo...

Ya mi estado de contemplación se había esfumado gracias a este duende gruñón. Debía traer a vaya saber qué hada mágica desde el castillo Negro de Pardalux. Ni sabía dónde quedaba. Preferí caminar y encontrarlo antes de verme limitada a croar toda mi vida al lado de un pantano oloroso y alimentarme con bichitos de luz.
Ahí fui, hasta que llegué al Castillo Negro de Pardalux. Todo era fantasmal. Un pequeño arroyo cruzaba el gran portal. Me peleé con los cocodrilos, con las serpientes negras y los murciélagos. Las plantas carnívoras quisieron abusar de mí. Llevaba en la mochila unos cuantos paquetes de salchichas, así que los abrí y las dejé contentas. Vino un “Super Vampiro” y le di un golpe de karate... ¡Así!..., (perdió sus colmillos y se puso a llorar desconsoladamente). Me dio lástima entonces le hice creer que yo tenía un amigo dentista y que si me ayudaba a rescatar a la hadita, le regalaría 4 hermosos colmillos dobles y a rosca para cambiárselos en caso de rotura. Aceptó el trato, así que me subí a su espalda y me llevó volando hasta la torre del castillo.
Un pequeño detalle: me había olvidado la varita. Bueno, a veces mi astucia me ayuda o defrauda. Esta vez me ayudó a que no me convirtieran en sapo.
El vampiro me tenía sobre su espalda y pude observar a “Lucesol” caminar enfurecida por la habitación. Le hice señas a mi amigo para que fuese a la otra ventana y vi al Ogro durmiendo. No lo pensé más: con mi celular apagado, por supuesto, comencé a dar golpecitos en el vidrio hasta que se rompió_ (mi celular también)_ y así pudimos rescatar a la pequeña hada.
Llegamos al bosque y les aseguro que fue muy fácil. Todos nos quedamos
contentos. Ella se reencontró con sus duendes y yo me salvé de ser sapo. Caminando
con mi amigo vampiro, nos fuimos al próximo poblado en busca de un dentista para que
le pusieran sus colmillos nuevos, y que, lógicamente, estrenó con el pobre e inocente sacamuelas.


Indiana Bauer
Lomas de zamora
Derechos Reservados

DIA DEL CANILLITA 7 de noviembre



El día del canillita comenzó a festejarse el 7 de noviembre de 1947, en conmemoración a la fecha de muerte de Florencio Sánchez. Este dramaturgo uruguayo dio origen a esta denominación en su obra "Canillita". En ese libro designa así a un chico de piernitas flacas que vendía diarios. Hasta hace algún tiempo, no se editaban ni se vendían diarios ni revistas en este día. Actualmente, si bien la fecha se sigue celebrando, las publicaciones se venden como cualquier otro día. La primera vez que se escuchó el grito de un vendedor de diarios fue en 1867 cuando anunciaba: “¡La República! ¡La República!”. Éste era el nombre de un diario de la época que ideó aquella forma de venta directa. Debido a su éxito, esta costumbre fue adoptada por otros diarios, creándose así una nueva fuente de trabajo.

Cancionero
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Besos brujos


Otra arca perdida

Ioram Melcer

(desde Jerusalén)

DURANTE MIL quinientos años lo peor que se podía decir de un texto era que se trataba de una novedad. Las civilizaciones que se fueron creando alrededor de las escrituras sagradas como la civilización judía, la civilización cristiana y más tarde la civilización islámica defendían a sus textos fundacionales otorgándoles una posición superior, metafísica y absoluta. Si las escrituras sagradas son la palabra divina, deben necesariamente contener todo. Aunque no todo, porque luego aparecen los comentarios.

A través de los siglos los hombres comentaron, investigaron y re-elaboraron esos textos fundacionales. Pero había límites bien definidos. La única forma de escribir las ideas era disfrazarlas, presentarlas como parte de la cultura del comentario de la palabra divina. Sólo así podían llegar a ser aceptadas, sin ser consideradas una "amenaza".

Este es el marco en el cual cabe comprender "El Evangelio de Judas Iscariote". Escrito a mediados del siglo II, es un texto que existió, tuvo su vida, intentó sobrevivir y fracasó. Los evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan tuvieron mejor suerte: fueron reconocidos, consagrados y canonizados. El evangelio de Judas fue declarado "falso". No fue el único en sufrir ese destino. La cuenca del Mediterráneo pululaba de evangelios, es decir, de textos que se presentaban como obras escritas que contienen la historia de la vida de Jesús y elementos de su mensaje. El ADN cultural común a todos contenía elementos que nadie disputaba, desde la Anunciación hasta la Pasión, así como el grupo de personajes básicos de la joven religión. Toda una biblioteca de evangelios estaba más o menos abierta a quienes buscaban la "verdad". Había evangelios de Tomás, de Pedro, de María, un "Evangelio de la Verdad", así como una larguísima serie de tratados sobre temas derivados de otros evangelios, de las enseñanzas de los padres de la Iglesia en Egipto o en otras partes de la cuna del cristianismo. Un largo proceso de discusión, de negociación política, competencia entre hombres y textos - además del azar - llevaron a la consolidación del cristianismo. Fue un proceso de selección.

Siglos después, gracias al clima seco en Egipto y Palestina, los arqueólogos encuentran textos "petrificados" que fueron vencidos en las batallas de las ideas. De tanto en tanto alguien (casi siempre un pastor beduino o un campesino árabe) se topa con unos canastos polvorientos en alguna gruta seca, o con unos jarros sellados en cuevas, con paquetes de papiros crujientes. Son los grandes hallazgos de la arqueología de los siglos XIX y XX en la parte oriental del Mediterráneo. En 1945 se encontró la Biblioteca de Nag Hammadi en Egipto con textos filosóficos, místicos y teológicos en papiros. En 1896 se encontró la Guenizá, un enorme depósito de antiguos textos en la vieja sinagoga del Cairo. En 1947 se encontraron los manuscritos del Mar Muerto. Y hace 30 años se encontró el Evangelio de Judas.

MUCHO INTERÉS MEDIÁTICO. El libro El Evangelio Perdido de Herbert Krosney cuenta la historia del texto y especialmente la de su descubrimiento, desde el hallazgo físico del escrito hasta su reciente publicación que despertó un enorme interés mediático, bastante asombro del público interesado y cierta satisfacción por parte de los estudiosos.

Los libros que recuentan la historia de un hallazgo arqueológico suelen sufrir del fantasma de Indiana Jones. Este fenómeno se manifiesta en una serie de decisiones al momento de contar la historia. En primer lugar, al lector se le da algunos datos sobre el escenario del drama, que en este caso es el desierto en el centro de Egipto, lugar impregnado de misterio gracias a la historia, la literatura y el cine. Luego hay que explicar cuán grande es el hallazgo, resaltar las dimensiones apocalípticas del descubrimiento. Por allí también aparecerán la realidad del segundo siglo d.C., la Iglesia copta, la lengua copta, la cuna de la vida monástica, las enseñanzas gnósticas, el papel de Judas en los evangelios canónicos, algo acerca de sus orígenes históricos, las primeras décadas de lo que habría de ser una nueva religión, los apóstoles y sus seguidores. Luego de haber digerido todo esto en un par de capítulos bien sintetizados, el lector puede acceder a la fase dramática, que es la de acompañar al Indiana Jones de la historia, siguiendo sus pasos en el escenario, con una mezcla entre película de suspenso y novela histórica.

Es que Egipto tiene todo lo necesario para nutrir estas aventuras: mercados árabes de comerciantes y traficantes de antigüedades, la religión copta-cristiana tan entrelazada con la antigua identidad de los habitantes, además de una larga tradición de hallazgos parecidos a lo que describe este libro-guión de la National Geographic. En 1897, por ejemplo, dos hermanas escocesas compraron un trozo de papiro en el mismo mercado de antigüedades del Cairo, luego identificado en Cambridge como un texto en hebreo perdido hace dos mil años. Aquel documento llevó al descubrimiento de la Guenizá. En 1947, a su vez, el Profesor Sukenik de la Universidad Hebrea de Jerusalén se forró la chaqueta de billetes y se jugó la vida al tomar de incógnito un autobús árabe a Belén, mientras estallaba la Guerra de Independencia israelí en Palestina, para comprar los jarros que contenían los primeros textos del Mar Muerto. Pocos meses más tarde parte de la Universidad caería en manos de los soldados jordanos, mientras los textos comenzaban a cambiar el panorama intelectual acerca de la era de Jesús y del Segundo Templo, y el hijo del profesor sería nombrado jefe de las Fuerzas Armadas del joven Estado de Israel. Ambos casos ofrecen material abundante para un par de hits de Spielberg, con Harrison Ford, paisajes impresionantes y momentos de alto suspenso.

Pero la historia del evangelio de Judas es mucho más tranquila y banal...

LIBRO FALLIDO. El autor de El Evangelio Perdido se esfuerza en trazar un drama a través del globo con estudiosos, místicos, semi-criminales, jerarcas del mundo académico y coleccionistas de datos científicos, todo escrito y expuesto a buen ritmo. Pero falla, porque la historia que puede interesar no está en el libro. El drama está en otra parte. Su protagonista es Judas Iscariote, aceptado como el malo de la historia por los cristianos durante casi dos mil años. Y resulta que ahora, al principio del siglo XXI, volvemos a leer el mismo texto que existió, se conoció, se estudió, se comentó, se condenó y se relegó al olvido. Ahora vuelve de la mano de Krosney como si fuera un comentario subversivo, una obra literaria, filosófica y teológica que utiliza a Judas, el malvado del imaginario cristiano, para dar vuelta la historia. Para contar una historia alternativa que consolide una visión diferente. Visión que en realidad no aporta nada nuevo. Porque, según el texto de este "nuevo" evangelio, Judas le fue fiel a Jesús. Lo entregó a los romanos a pedido del propio Cristo, pues era la única manera para que Jesús cumpliera plenamente su misión en este mundo impregnado de malicia, un lugar donde el mesías tenía que bajar a lo peor del abismo para lograr redimir al mundo.

Son ideas muy comunes en la historia del mesianismo cristiano, judío e islámico. Desde el Rey dom Sebastião de Portugal ("El Deseado") desaparecido en el desierto en 1580, pasando por el falso mesías judío del siglo XVII, Shabattay ben Zvi, hasta los mesías de los musulmanes, el Iman XII desaparecido en una cueva o el propio Usama Bin Laden - probable ocupante actual de otra cueva montañosa entre Afganistán y Pakistán -todos llegan y ven al mundo real como "malo", "arruinado", "equivocado", y todos quieren redimirlo y crear uno mejor. Son ideas muy antiguas. El relato de estas ideas es el cuento apasionante y este es el marco de referencia del llamado "Evangelio de Judas". La historia del hallazgo es mucho menos interesante.

EL EVANGELIO PERDIDO, La búsqueda del evangelio de Judas Iscariote, de Herbert Krosney. National Geographic Society/Nuevo Extremo. Buenos Aires, 2006 d.C. Distribuye Océano, 258 págs. Traducción de Oriol García y Anna Guelbenzu. 

El Señor Inquisidor y otros cuentos...


La Iglesia no excomulgará legisladores por legalizar el aborto

Buena cosecha de Papas...

07.11.2008 08:40

    
Finalmente la Iglesia uruguaya no solicitará la excomunión de los legisladores que votaron por la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, ya que la iniciativa de Monseñor Nicolás Cotugno no cuenta con el respaldo de la mayoría de la Conferencia Episcopal.
La sonada amenaza de excomunión realizada por el arzobispo Cotugno en relación al apoyo de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva por parte de algunos legisladores no tendrá finalmente asidero. 

La Conferencia Episcopal no respaldará esta iniciativa, según informa hoy el diario La República. En la asamblea plenaria de la Conferencia que se lleva a cabo desde el martes en Florida, surgió que si Cotugno plantea el tema oficialmente no obtendrá el respaldo de la mayoría de sus pares. 

Una fuente de dicha Conferencia aseguró al matutino que el tema no fue planteado aún, pero que a raíz de las conversaciones entre los propios obispos “no va a haber nada de lo que se está diciendo”. La mayoría sostiene que el arzobispo de Montevideo "fue malinterpretado", y cree que no sería lo adecuado impulsar una excomunión. 

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Bush, premio Nobel de la Paz

 Gracias a un amigo que trabaja en la Secretaría del Comité Nobel de la Paz, en Oslo, tuve acceso al acta de una sesión reciente. Hela aquí, aun a sabiendas de que el Comité me desautorizará. Yo me zafaré, alegando que se trata de un cuento.

Presidenta : -Queda abierta la sesión. Tiene la palabra maître Pierrot, delegado de la Liga Perpetua por la Paz, con sede en París.

Maître Pierrot : -Señor presidente, señoras y señores. Antes de someter nuestra propuesta, permitidme que presente a nuestra organización. Nuestra liga fue fundada a comienzos de 1870, y se presentó al público con un concurso para premiar la mejor obra sobre el crimen de la guerra. Una de las obras concursadas fue El crimen de la guerra , del célebre estadista argentino Juan Bautista Alberdi. Desgraciadamente, no bien se terminó el concurso, Prusia atacó a Francia y los pacifistas franceses quedaron desalentados, de modo que la liga se extinguió. Pero, recientemente, la liga fue resucitada al calor de los alarmantes rumores sobre la gestación secreta de la Tercera Guerra Mundial. Nuestra liga ha recibido la adhesión de numerosas personalidades de todos los sectores de la sociedad, incluso de eminentes profesores de ciencias políticas y de economía, habitualmente biempensantes y amigos del poder.

Presidenta : -Señor delegado, le ruego abrevie, porque la suya no es sino la primera propuesta que figura en un largo orden del día.

Delegado : -Ciertamente, señora presidenta. Voy al grano. Nuestra liga propone al ex presidente de los EE.UU., mister George W. Bush, como candidato al Premio Nobel de la Paz.

(Murmullos en la sala.)

Presidenta : -¡Silencio! ¡Orden! Como usted puede ver, maître Pierrot, su propuesta ha dejado perplejos a unos e indignados a otros. Veo que están pidiendo la palabra los delegados de Finlandia, India, Cuba y los Estados Unidos de América. Tiene la palabra el profesor Saavo, de Finlandia.

Profesor Saavo : -La propuesta del honorable maître Pierrot parece una broma, porque es sabido que mister Bush ha iniciado dos guerras, se ha inmiscuido en los asuntos internos de muchas naciones, y no ha resuelto ningún conflicto internacional.

Presidenta: -Gracias por su precisión y concisión, profesor. Cedo la palabra al delegado indio, doctor Singh Singh.

Doctor Singh : -Nuestro país, que tradicionalmente se ha mantenido al margen de todos los conflictos que no ha provocado él mismo, ha visto con alarma creciente que los dos gobiernos de mister Bush instalaron nuevas bases militares en el exterior, las que hoy llegan a un millar. Esto basta para dudar de que mister Bush sería aceptado como afiliado de su liga, maître Pierrot. Además, . . .

Presidenta: -Gracias, doctor Singh. Tiene la palabra el delegado cubano, comandante Milfuegos.

Comandante Milfuegos: -La propuesta que estamos considerando insulta al noble pueblo cubano, que ha soportado estoicamente el embargo, reforzado por el ex presidente, criminal de guerra si los hay, y, por añadidura valido de las empresas petroleras, que están . . .

Presidenta : -Gracias, comandante. Cedo la palabra al delegado norteamericano, el reverendo Jimson.

Reverendo Jimson: -La propuesta del pacifista francés es tan ridícula como esas costumbres de sus compatriotas de comer caracoles y empapar el pan con el sudor de sus axilas. George W. Bush ha sido el peor presidente de nuestra historia: el más tonto e ignorante, imprevisor e imprudente, el más fraudulento y corrupto, mentiroso y ridículo; y, en fin, el más aficionado a recurrir a las armas para inventar y resolver conflictos internacionales. ¿Cómo se puede tener la desvergüenza de proponer para el Nobel de la Paz a un individuo que...?

Presidenta: -Gracias, reverendo. Como usted puede prever, maître Pierrot, su extraña propuesta no tendrá mucho apoyo. Le ruego la fundamente con brevedad.

Maître Pierrot: -Con mucho gusto, señora presidenta. Empezaré por aclarar un equívoco. Entiendo que no nos hemos reunido para elegir al mandatario más competente, justo, virtuoso o inteligente de nuestro tiempo, ni a quien mejor haya refutado la argumentación contra la guerra del ilustre argentino, doctor Juan Bautista Alberdi. No constituimos un tribunal criminal ni trabajamos para la musa Clío.

Presidenta: -En efecto. Al grano, por favor, maître Pierrot.

Maître Pierrot: -Al grano voy. Mi liga sostiene que mister George W. Bush merece el premio Nobel de la Paz por haber hecho imposible la Tercera Guerra Mundial durante nuestra generación.

(Murmullos en la sala.)

Presidenta : -¡Silencio! ¡Orden! Prosiga, maître Pierrot. Despeje nuestra perplejidad, se lo ruego.

Maître Pierrot: -Con mucho gusto, señora presidenta. El fundamento de la propuesta de mi liga es elemental. Toda guerra en gran escala exige un tesoro público gigantesco. Ahora bien, el ex presidente Bush recibió un gobierno con un enorme excedente producido por los recortes de los gastos sociales efectuados por sus predecesores, desde Reagan hasta Clinton. Pero Dubya, como lo llaman sus allegados, se las arregló para transformar ese superávit en el mayor déficit fiscal de la historia, a saber, más de diez trillones de dólares: la unidad seguida de trece ceros. O sea, en ocho años, cargó a cada norteamericano con una deuda fiscal de unos treinta mil dólares. Lo logró disminuyendo los impuestos a los ricos, haciendo que pagaran impuestos sólo una de cada tres corporaciones, iniciando dos guerras inganables -y que sólo beneficiaron a unas pocas empresas amigas- y aumentando enormemente los gastos del Estado, tanto militares como civiles, con el pretexto del terrorismo. Para colmo, al eliminar muchos controles estatales a los negocios alentó el aventurismo y la piratería empresariales, lo que ha llevado a una grave crisis económica que se difundió por doquiera. En particular, el gobierno del ex presidente Bush facilitó la caída inesperada de Wall Street y, con ésta, la primera crisis de desconfianza mundial en el mercado libre desde 1929. En resumen, Bush va a pasar a la historia como el presidente norteamericano que más ha hecho para arruinar a la economía más poderosa de la historia, así como para desprestigiar las teorías económicas y políticas que ensalzan el mercado libre, o sea, el capitalismo desbocado.

Presidenta: -Todo eso es bien sabido, maître Pierrot, pero no constituye mérito para galardonar al señor Bush con el premio Nobel de la Paz sino, a lo sumo, el de Economía.

Maître Pierrot: -Sin embargo, es obvio, señora presidenta. Al arruinar a su país, el ex presidente Bush lo ha llevado al punto en que no podrá iniciar nuevas guerras. Ha transformado a los Estados Unidos, de la única superpotencia que era al comenzar su primera presidencia, en la mayor impotencia mundial. Es verdad que los Estados Unidos siguen amenazando a todo el mundo desde sus mil bases militares, pero no pueden hacer otra cosa que espiar, intrigar, conspirar y rugir. Todo el mundo sabe que los rugidos del gran león gringo son hoy los de una fiera desdentada. Ha sido desdentada por el más grande cirujano dental de la historia, George W. Bush, el próximo Premio Nobel de la Paz. He dicho.

Presidenta: -Gracias, maître Pierrot. A juzgar por la expresión atónita de los presentes, que concuerda con mi propio asombro, tendremos que pasar a cuarto intermedio hasta la próxima semana. Declaro levantada la sesión, y hago votos por que lleguemos a comprender su paradoja, tan gálica, y tomemos una decisión que no nos ponga en ridículo. Al fin y al cabo, la nuestra es una comisión seria, a diferencia de la del Banco de Suecia, que otorga el Premio de Economía.

(Desorden descomunal en la sala, la que se va despejando lentamente.)

Mario Bunge

© LA NACION 

ALEJANDRA PIZARNIK Y LA MAGIA DE SU POESIA




Alejandra PIZARNIK



“Los recuerdos vienen, pero no se quedan quietos…”, observó Felisberto Hernández. El que yo tengo de un único encuentro con Alejandra Pizarnik moviliza otros: el de Olga Orozco y Valerio Peluffo –hermano de mi padre y marido de Olga– y el de mi abuela paterna. También me trae a la memoria toda una época, a fines de los ’60, en que Londres, los Beatles, Rayuela y el boom latinoamericano eran protagonistas. Mientras en Buenos Aires, la universidad y el Instituto Di Tella declinaban bajo la dictadura de Onganía, en Europa se avecinaba el mayo francés.Olga y Valerio, vivían en aquel entonces el comienzo de una relación que, como en los cuentos de hadas, desembocaría en matrimonio. Ella trabajaba como redactora en la revista “Claudia” y él era arquitecto, pero además un lúcido y apasionado lector. Una noche Valerio me invitó a comer, anunciándome que iría Alejandra Pizarnik. En aquel entonces yo tenía una idea “romántica” del arte y los artistas y sentí una gran expectativa. Me sabía de memoria algunos poemas de Alejandra, como el que comienza: “Días en que una palabra lejana se apodera de mí. / Voy por esos días sonámbula y transparente...” y me la imaginaba como una etérea y alucinada adolescente.Pero cuando su figura menuda apareció en el living de mi abuela me encontré, no con una adolescente, sino con una mujer joven (tenía 31 años entonces) de ojos castaños, vivaces pero tristes, que escondía detrás de unos grandes anteojos. Tenía el pelo muy corto y estaba vestida como si quisiera afearse deliberadamente, o como si no le interesara en absoluto su apariencia. Me acuerdo que pensé con ingenuidad que un poco más de arreglo y otra ropa, la hubieran favorecido, sin reparar que justamente había mucho de desafío en esa indiferencia de Alejandra por su aspecto.Respecto a esto, Ivonne Bordelois le comenta a Cristina Piña (que escribió una excelente biografía de Alejandra) lo siguiente:“...recuerdo una fiesta que se ofreció en Editorial Sur al joven poeta Etvouchenko. Toda la intelligentsia porteña se apretujaba en torno a la estrella, quien, con lúcida celeridad supo reconocer, por encima de la jauría lisonjera que lo rodeaba, aquella única, pequeña y mal vestida sirena cuya única voz podía arrebatarlo...”. Alejandra tenía voz grave, pero a mí lo que más me llamó la atención fue su manera de hablar. Hablaba pronunciando cuidadosamente las consonantes, marcando todas las eses y separando imprevistamente algunas sílabas, o demorándose en otras. El resultado era un habla de extranjera, como ella misma dice en una entrada de su diario, cuando escribe: “…esta voz ciñéndose a las consonantes. Este asegurarse de que nada quede sin pronunciar…”.Sin embargo, esta manera de hablar que en cualquier otra persona parecería rebuscada, en ella sonaba como algo propio y natural. Aparentemente, el origen de esta dicción minuciosa, era una tendencia a la tartamudez. Así como para el gran poeta chileno, Gonzalo Rojas, la dificultosa pronunciación de las palabras significó el descubrimiento de la poesía, en Alejandra, la tartamudez originaba esa “cautelosa” manera de hablar y un extrañamiento consciente que vuelca en su poesía como cuando dice: “extraña que fui / cuando vecina de lejanas luces / atesoraba palabras muy puras / para crear nuevos silencios” . Aquella noche, Alejandra saludó con ternura a mi abuela, por quien sentía especial afecto, tal vez porque “mamita”, como la llamaban Valerio y mi padre, era una abuela como las de antes, de cabeza blanca, que a pesar de sus rosarios y misas diarias, confraternizaba amablemente con los invitados de mi tío, por más bohemios o exóticos que fueran.De todas maneras –y como suele suceder cuando se reúnen escritores– durante esa comida no se habló de literatura y Alejandra no se mostró para nada alucinada o sedienta de absoluto, como yo esperaba, sino deslumbrante de inteligencia y ferozmente irónica. Me acuerdo que secundada por Olga, se deleitó en ridiculizar a algunos escritores y personajes del ambiente literario porteño y que eran muy divertidas sus irreverencias.Otra cosa que me llamó la atención aquella noche, fue su obsesión por los juegos de palabras obscenos y hasta escatológicos (que años después reencontré en textos póstumos (“La pájara en el ojo ajeno”, “El textículo de la cuestión”, etc.) y me acuerdo que ella detenía el juego justo al borde de lo chocante, condicionada tal vez por la presencia de mi abuela y la mirada de Olga, que tenía con ella una actitud de madre ante las travesuras de su hija. La conversación también se centró en recuerdos nostalgiosos de un París que las dos habían compartido y contaron anécdotas que incluían a Julio y Octavio, que eran nada menos que Julio Cortázar y Octavio Paz. Yo no podía creer estar oyendo hablar con esa familiaridad de semejantes íconos literarios y aunque Alejandra me preguntaba por mi trabajo en la revista “Panorama” y por algunos amigos de ella, que también trabajaban allí, me sentí tan intimidada que apenas abrí la boca. Cinco años después, cuando me enteré de su muerte, y sobre todo de las circunstancias de su muerte(1), tomé conciencia de que conocerla me había decepcionado y fascinado al mismo tiempo. También que me había enseñado que la poesía no es algo que está donde uno pretende que esté. Está donde uno quiere y puede descubrirla. Aquella noche de 1967 Alejandra ya había dejado de encarnar el personaje de la precoz niña poeta, ya no había inocencia en ella, sólo causticidad, juegos verbales y sarcasmos brillantes, como un deliberado anticlímax. Y fue la sinceridad misma. Porque para ese entonces es muy probable que ella ya se hubiera negado a creer en su propio personaje poético, como anticipa en el poema titulado “Reloj”:“Dama pequeñísima / moradora en el corazón de un pájaro / sale al alba a pronunciar una sílaba: NO.” . Hasta ese “no” rotundo, Alejandra fue “la pequeña viajera”, “la pequeña olvidada”, “la pequeña muerta”, “la niña sonámbula en una cornisa de niebla”, o “la princesa en la torre más alta”, pero al ser alcanzada por la adultez se fue alejando de esa imagen de niña clarividente, para enfrentar a “la otra”, a “la extranjera” y descubrir: “…en cualquier momento la fisura en la pared y el súbito desbandarse de las niñas que fui…”. La otra protagonista de esa noche, Olga Orozco, transmitía en cambio la imagen de una suerte de pitonisa. Su voz profunda, oracular, el distanciamiento (usaba el “tú” , en lugar del “vos”) y el hecho de que durante bastante tiempo había tirado las cartas del tarot, coincidía con este personaje que anuncia con tono profético: “…Cuídate del amor que es quien se queda. / para hoy, para mañana, para después de mañana. / Cuídate porque brilla con un brillo de lágrimas y espadas... “ .Tono profético que en sus últimos poemas, escritos después de la muerte de Valerio, se va humanizando: “...Encuéntrame, amor mío, en tu tiempo presente. / Mírame para hoy con tus ojos de miel, de chispas y de claro tabaco. / Sé que a veces de pronto me presencias desde todas partes...”.Relacionado con el tema de la imagen o el personaje que se va construyendo alrededor de una persona, es interesante comprobar que tanto Olga como Alejandra cambiaron su nombre: Olga Gugliotta por Olga Orozco y Flora Pizarnik: por Alejandra Pizarnik. Dejando de lado la cacofonía resultante de “Olga Gugliotta”, los nombres paternos no coincidían con sus personajes latentes y por lo tanto no se sintieron representadas por ellos. Olga, experta en seudónimos (como redactora en la revista “Claudia” llegó a tener ocho), adoptó como nombre literario el apellido de su madre, el resultado fue Olga Orozco: combinación sonora de perfecta redondez, digna de la poeta que fue. Esta elección fue inspirada probablemente por el nombre de su amigo y maestro: Oliverio Girondo, y evocadora del gran muralista mexicano, o karmáticamente, dados sus conocimientos astrológicos, por el casi homónimo “horóscopo”. Por su parte el apellido Pizarnik es la transcripción errónea (cuando los padres de Alejandra hacen el trámite inmigratorio) del Pozharnik original, cuya raíz rusa “pozhar” significa “incendio”, algo que enseguida asociamos con la poesía pizarniana. Pero esto podría ser una coincidencia (aunque yo no creo en el azar), en cambio el remplazo deliberado de Flora por “Alejandra” (que lo duplica en sílabas), sugiere busca de afirmación y tal vez cierta atracción por la magnificencia implícita del nombre, reiterada en un poema: “alejandra alejandra / debajo estoy yo / alejandra” . Y Alejandra no sólo se forjó un personaje poético que durante un tiempo le permitió aceptarse, también idealizó la imagen de su padre, el “hombre de ojos azules” que aparece en algunos poemas y que - según la biografía de Cristina Piña - le producía horror. De chica, Alejandra fantaseaba que su padre era violinista y probablemente “conde”. Hoy, con la perspectiva que da el tiempo, creo que su inteligencia y su humor deslumbrantes, encubrían una vulnerabilidad intolerable, esa vulnerabilidad que la lleva a preguntarse en el poema: “y que es lo que vas a decir / voy a decir solamente algo / y qué es lo que vas a hacer / voy a ocultarme en el lenguaje / y por qué / tengo miedo”.Vulnerabilidad, impotencia, desesperación, de quien ya sabe que las palabras no bastan, como cuando dice: “…no, las palabras no hacen el amor / hacen la ausencia / Si digo agua ¿beberé?Si digo pan ¿comeré?…”.También Olga Orozco se preguntó: “…¿cómo nombrar con esta boca, como nombrar en este mundo con esta sola boca?…”13 y admitió: “…nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte, poesía. Hemos ganado. Hemos perdido...”.Pero el balance de Alejandra es demoledor; poco antes de morir, en septiembre de 1972, escribió:“La noche soy y hemos perdido / Así hablo yo, cobardes. / La noche ha caído y ya se ha pensado en todo”.
(1) La muerte de Alejandra a los treinta y seis años, a causa de un exceso de somníferos, fue una muerte anunciada. En 1970 hubo un primer intento de suicidio, al que siguieron otros y pasó temporadas internada en el pabellón neuropsiquiátrico del Hospital Pirovano.
Referencias:Felisberto Hernández, “Por los tiempos de Clemente Colling” (Obras Completas), México, Siglo Veintiuno Editores, 1983. Alejandra Pizarnik, “Arbol de Diana”, Buenos Aires, Botella al Mar, 1988; “Los trabajos y las noches”, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1965; “El infierno musical”, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 1971; “La última inocencia”, Buenos Aires, Botella al Mar, 1976; “El infierno musical”, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 1971; “Textos de sombra y últimos poemas” (Recopilación Olga Orozco y Ana Becciú), Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1982.Cristina Piña, “Alejandra Pizarnik”, Buenos Aires, Planeta, 1991.Ivonne Bordelois, “Correspondencia Pizarnik”, Buenos Aires, Seix Barral, 1998. Olga Orozco, “Los juegos peligrosos”, Buenos Aires, Losada, 1972; “Con esta boca, en este mundo”, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1994.
(*) Luisa Peluffo nació en Buenos Aires y cursó estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Se radicó en San Carlos de Bariloche, en 1977. En 1988 obtuvo la beca Creación en Narrativa otorgada por el Fondo Nacional de las Artes. Su primera novela, Todo eso oyes, mereció en 1989 el Premio Emecé. Su segunda novela, “La doble vida” (Atlántida, 1993) el 1°Premio de Narrativa, Región Patagónica, de la Secretaría de Cultura de la Nación y el Premio “Ricardo Rojas” de la Municipalidad de Buenos Aires. Ha editado los libros de poemas: “Materia viva” (Schapire, 1976), “Materia de revelaciones” (Botella al Mar, 1983) y “La otra orilla” (Ultimo Reino, 1991) que recibió el 1º Premio del Fondo Nacional de las Artes, y en España, “Un color inexistente” (Torremozas, 2001) que obtuvo el XVIII Premio “Carmen Conde” de Poesía. En 2005, su obra teatral “Si canta un gallo” mereció el 3º Premio del Instituto Nacional del Teatro.

http://www.rionegro.com.ar/diario/2007/09/23/20079v23j05.php

Diario Río NegroProvincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.

lunes, 3 de noviembre de 2008




¡FELIZ CUMPLEAÑOS MI VIDA!


Sos mi continuidad. Te esperé colmada de ilusiones y me brindaste la esperanza, la energía para subsistir.Te amo mi perqueña luciérnaga¡Gracias por estos dos añitos de inmensa felididad!


Tu abu Yaya

domingo, 26 de octubre de 2008

"Gracias Babá Milton..."



Fué una madrugada donde afloró mi desazón en todo su potencial. Una suerte de intento y, como si fuese la última bocanada de aire puro, quise aspirar produndamente para seguir aferrada a la vida elegida. Como si intentara cruzar un viejo y desgastado puente por el cual debía indefectiblemente transitar con la seguridad y esperanza de avanzar por el camino cierto a pesar de los peligros y acechos; tu estabas del otro lado extendiendo tu mano amiga.

Confié en ti, en tu palabra, en tu honestidad... Me recibiste con la calidéz de un padre aconsejando a un hijo doliente. Me ofreciste verdad y la acepté por esa confianza que inspiras y la alegria que te da el compartir, como la severidad manifiesta en el orden y en la unidad de tu rebaño.

Gracias Babá, te quiero mucho

Omilola
Indiana t´ Yemoja Bomi
06-08-2008

Mi nueva familia religiosa


Este fué uno de los pasos más lindos que he dado. Doy gracias por la oportunidad, por las vivencias compartidas, por el cariño y respeto recibido por Uds.
¡Gracias querido Egbé!
Omilola
Indiana T´Yemoja Bomi
Octubre 18 de 2008

sábado, 16 de agosto de 2008

MONTE GRANDE, Mi Ciudad...



NOSTALGIAS DEL BARRIO
“LA CAUTIVA”


Cierra el paso del tiempo una historia, un recuerdo.

Ese barrio que ha ido creciendo junto a mí, a mis afectos y junto a mis esperanzas agitadas por esa juventud valiente, hechicera, mágica con sus soles y tiempos eternos.

Ese barrio, el de una calle de tierra y varios potreros, de cardales y manzanillas que embellecían sus ignotos huecos entre ramas y piedras que emergían renovando mi tamaña inquietud. Cuando los vecinos podaban los árboles dejaban el ramaje en los campitos, entonces, los chicos corríamos alegremente en grupos a construir cuevas, que luego eran incendiadas al finalizar el concurso. Allí, quemábamos muñecos llamando al hado de la hoguera quien misteriosamente nos mostraba esas chispas de felicidad, y aunque perduraba en nuestra inocencia, sin saber ésta, se iba quemando junto a las ramas y los sueños.

Durante el invierno y los intensos temporales, íbamos ataviados con capas y botas a los largos zanjones. Los barquitos de papel se mezclaban entre los renacuajos y la gramilla dura. Esperábamos con ansiedad a que soplara el viento Pampero para ver el sol radiante, escuchar la vida que comenzaba a surgir luego de las tempestades y a juguetear en el fangoso camino que debíamos transitar. Los rumores inquietos de los gorriones y su vuelo astuto complementaban la pictórica escenografía. Por allá lejos, el tren que pasaba con sus largos vagones y una tediosa máquina. Las florcitas celestes de los paraísos se compactaban entre el barro y el pasto mojado y aplastado. Los zapatos quedaban húmedos y sucios, pero ellos, no impedían una tarde de locas hazañas.

El cencerro del carro lechero advertía la llegada de Don Cholo, un vasco emperifollado con bombachas, gorra y alpargatas que vendía la leche fresca y recién ordeñada. Me gustaba ver cómo se hundían las ruedas de su carro en las huellas y pedruscos de la calle. Se bamboleaba como un bergantín a la deriva en aguas confusas y agitadas.

Por H. Irigoyen y Alvear todas las tardes se asomaba un anciano muy peculiar. Le decíamos Don Sabino. Llegaba al potrero con sus tres vacas, algún becerro y una vara muy larga. Era bajito, vestido con su eterno saco marrón, un pantalón gris remendado, alpargatas bigotudas y una gorrita con visera medio agujereada. Mi hermana Anahí corría a recibir los huevos frescos o el pote de dulce de leche, mientras Eleonora y yo cortábamos pasto para darle al ternerito mientras lo acariciábamos.

Don Eusebio, el jardinero, era un paisano de bombachas y botas de goma, un chambergo descolorido y un cigarro apagado en la boca que chupaba incansablemente. Siempre estaba trabajando por el vecindario y al pasar, saludaba con ese característico: “Buenas y Santas”... Ese memorable hombre que un día cualquiera desapareció de nuestras veredas y canteros para siempre, aún se lo nombra entre los viejos vecinos del barrio como un personaje muy singular.

Este barrio, La Cautiva, que recuerda al escritor Esteban Echeverría, también tiene una plaza llamada Parish Robertson. Algunos arbustos con alambrados y molinetes, otrora la embellecieron. Un césped muy cuidado por Félix, aquel jardinero, remoto en mi memoria, quien entonces vaticinó mis aficiones a las letras cuando apenas había
cumplido diez años. Un regalo que conservo: mi primer diccionario Larousse, una pluma, un frasco de tinta dorada y otra plateada...

En la Plaza todo era alegría, juegos, bicicletas, gritos y risas. Desde la escalera del mástil podía ver a los pinos que se alzaban majestuosos en el Club Hípico, algunos establos o a los cuidadores vareando los caballos. Hacia el otro costado, tímidamente, la vieja Escuelita N° 14 se abría paso entre algunas incómodas malezas.

El Club Atlético Monte Grande, el segundo hogar que me enseñó a nadar, a vivir y a bailar con el Prof. Bertachini e Isabel Checa, en donde aprendí a competir de la mano del Prof. Raúl Roca. Cada puerta y rincón aún abriga parte de mi existencia, de mis alegrías compartidas con todos esos chicos, que ya, adultos, tendrán las mismas reminiscencias que yo.

Todas las mañanas sentía fuerte y vivaz la sirena de la fábrica AMAT. Casi todos en el barrio trabajaban allí. Por eso también tenía vida y alegría porque había proyectos y también trabajo como en el Frigorífico Monte Grande. Entonces, el devenir de la gente no era triste ni iracundo, su fuerza era tan increíble como su complacencia. Los pesares existían, claro que sí, pero esos eran diferentes. Los niños también teníamos nuestras penas y quizá, los adultos no podían percibirla. Esas angustias que no siempre se comprenden por la exigüidad de discernir las pérdidas, las muertes y los sinsabores que habitualmente nos mellan el alma.

La felicidad de mi infancia. La casa paterna, esa, la casa 54 del barrio. Ahí, donde mi madre todos los mediodías me esperaba silenciosa, con el plato de comida humeante, entendiendo mi necesidad de refugio, de abrigo luego de una mañana fría y lluviosa. Un padre, aquel Policía, el de antes, el respetado. Aquel que infundía honor y sabiduría. Mi padre, Don. Arturo E. Bauer Vila, o para otros: “Toto”. Ese Comisario avezado y querido, al que casi no pude disfrutar porque su trabajo y sus obligaciones me lo impedían. Ese hombre al que apenas pude entender siendo una mujer y que la vida, sentenciosa, me lo arrebató una mañana de noviembre cuando sentía el placer de compartirlo con mis hijas y disfrutar lo que antaño no pude. El dolor agravó mi impotencia. La impotencia complicó mi vida hasta hoy.

¡Tantas cosas pasan en la vida de los hombres! . Los recuerdos quedan, vuelven o se van. Los espacios quedan vacíos y los vacíos se llenan con los espacios ganados fortuitamente de aquellas personas sublimes o soberbias que se adosaron, sin sospecharlo, a nuestras maravillosas vidas. Pero siempre, absolutamente siempre, indefectiblemente siempre, y, extraordinariamente siempre, nos dejarán huellas que difícilmente podamos borrar.

Hay en el camino de mis nostalgias la idea terrible de que las cosas no son duraderas. Todo surge de una energía que se transmuta. Que tiene movimiento, porque ese todo está en permanente actividad. Arriba y abajo, todo es igual pero en otra dimensión, en otro plano. El amor se transforma en odio y los sueños, quizá, algunas pocas veces, en realidad. Lo que hoy es, mañana será pretérito en el libro de nuestras vidas que quizá no logremos recordar. Por ello, si de amores se habla, también en mí los hubo y los hay.

Y mi barrio, convertidos hoy sus potreros en plazoletas, la vieja escuela que permanece intacta con el peso de sus años a cuestas. El hogar materno. Las casas de mis abuelos. El Club Hípico que mantiene aún esos pinos enormes y grandiosos y al viejo tanque que abastecía de agua a todos los vecinos.
Hoy lo veo transformado, elegante y reposado. Con un Hospital enorme, sostenido por la voluntad de hombres y mujeres que a diario luchan para salvar y atender vidas. ¡Cuántas veces recorrí esos pasillos interminables!

El nuevo asfalto ahora no permite que haya barquitos de papel ni renacuajos en el agua estancada. Ya no puedo hacer las fogatas ni concursos de cuevas, ni jugar a la guerra con los chicos


“Todo” es la continuidad del todo. La prolongación, extensión también de mis vivencias. Las argucias y la melancolía por resguardarme entre las copas de esos árboles. Observar, silenciosa, las verdes pasturas, las casas enfiladas, algunas guardando la fachada de antaño, otras, renovadas y pletóricas que se alzan hasta el cielo azul e infinito coronado por el vuelo apurado de los gorriones, mientras que al caer el sol se escucha el gorjeo de los pájaros arrumándose tímidamente en sus nidos en un atardecer cualquiera.

Todos esos juegos magistrales que parecen eternos, reviven en cada letra que al cerrar mis ojos, rememora ese pequeño lugar en donde acontecieron historias lejanas o cercanas. Historias y gentes a quienes ya no veo cotidianamente o se han perdido en este sideral espacio del tiempo y las nostalgias.-


Indiana A. Bauer

Publicado en la Antología de la Asociación
de Artes y Letras de Esteban Echeverría
Buenos Aires - Argentina