sábado, 16 de agosto de 2008

BOCETO AÑIL...


BOCETO AÑIL

No había imaginado proyectar tu rostro y plasmar mi vida a tu fantasma, ni a tus caminos inciertos; sin embargo lo hice.
No buscaba en la sombría hora la luz de tu sol, ni el perfume de tu piel. Solo encontré tu nombre y a él me entregué.
No deseaba beber agua de tu cántaro, ni mitigar mi sed con tu sangre, y, sin embargo, me dejé llevar necesitada de ti.
No quise caminar tu camino, beber tu vino, ni tomar tu mano tan lejos de la mía. Solo quise observarte, esperar y saber cuanto tú, confiabas en mí.
No percaté en tu tristeza la agonía de la soledad, pero mi agonía es la tristeza por tu ausencia y busco sin lograr un encuentro, sin poder mirar tus ojos apagados por ese dolor que recusa mis ánimos y me hace sufrir.
No me resisto a este desafuero, no temo continuar inventado sueños si no deseas... Solo tomo de ti lo que me entregas para que conviertas mi amor en una fuente de salvación.
Te aliento a seguir tu vida, a recorrer libre los caminos elegidos, en los tiempos soñados y realizar tus sueños frustrados en esta vida que deseas, atesorando un pasado.
Muchas veces pensaste en esa "única vida" y en "ese ser único" que somos. Demuéstrate a ti mismo que es así, que eres así.
Amar, no significa complacencia. Amar, no significa esclavitud ni egoísmos. Amar, es dar la libertad al otro cuando se siente asediado aunque el dolor nos quiebre. Amar, significa acompañar en silencio, caminar despacio y soñar los mismos sueños. Amar, es fundirse en el otro y entregarse sin condiciones o reproches.
Solo, mírate en el espejo y verás tu espectro y cada vez más cerca lo inevitable
Por eso, te exhorto a seguir viviendo cada minuto como si fuese el último. Que sigas amando y atesorando tus sueños como elixir y alimento para tu espíritu, que en definitiva, es quien permanecerá incorruptible en los tiempos de todos los tiempos.
Tu y yo, seremos otra gota más de agua en este mar de desencuentros. Pasaremos inadvertidos en las historias de los hombres y no habrá gestas que nos invoquen o labios que nos nombren. No habrá lágrimas que nos revivan, ni manos que entibien nuestros huesos. Solo seremos sal en la tierra y luz en las estrellas.
... ¡Añil de mi ilusión, añil eres tu! ...

Indiana Bauer
9-6-2004

No hay comentarios: