sábado, 13 de junio de 2009

“¿MUERE EL BATUQUE?”


Muchas veces nos preguntamos porqué nuestra religión no puede conllevarse con fidelidad tradicional, o no se puede tener una literatura auténtica y única para poder continuar esclareciendo los misterios que en parte, aún, se mantienen dentro del culto. Ancestralmente ningún sacerdote revelaba esos enigmas al común de su tribu. Esas reservas se conocieron a través de la historia oral gracias a quienes la acunaron celosamente en su memoria a través de los tiempos. Desde el principio de la vida el hombre sintió la necesidad de tener un poder de comunicación con los elementos de la naturaleza. Sentir que sus actos estaban aprobados o castigados por esos dioses que idealizaron. El hombre africano aprendió a utilizar con el tiempo esas energías, a comunicarse, agradar a esos elementos para revertir situaciones penosas. Adoptaron una conducta de vida la cual no se logra comprender porque se la determina como primitiva. En Brasil con la llegada del esclavo a esas tierras, la religión tiene más de 450 años. El negro hace su aparición en Río Gde. Do sul en 1725, en una expedición organizada por Juan de Magallanes donde estos esclavos hacían el servicio pesado (Krebs- Estudo do Batuque) . Las primeras colonias portuguesas llegaron a la costa occidental africana por el año 1469 cuando Fernao Gomez pisó este territorio en busca de oro, cobre, hierro y especies, y, al observar los abundantes yacimientos del metal precioso, comenzaron a llegar más embarcaciones portuguesas. Hacia 1488 comenzó el mercado de esclavos procedentes de distintas etnias: Ciudad de Benin, Costa de Oro. Costa de Esclavos, Congo, Angola, interior de África oriental y central. Una vez capturados eran enviados en grandes embarcaciones a distintos puertos para ser vendidos y luego diseminados. Aproximadamente hacia el año 1500 comenzó la transculturación, una transformación de las culturas africanas ya que, debido al desarraigo, estos esclavos no solo debieron cambiar sus costumbres, su etnia, su lenguaje, sino el culto a sus Orixás. Debieron modificar formas y feituras de ritual. Organizar nuevos modos y fundamentos para continuar la vinculación con sus Deidades. Mucho se perdió en esa travesía donde determinados Orixás han desaparecido, a otros ya no se los venera, y algunos apenas conocidos fueron ganando su espacio dentro del culto. Sabemos que durante este proceso esclavista la evangelización ayudó -literalmente- al negro a proteger a sus dioses. Aquí se pone de manifiesto el origen del sincretismo. Los diversos pueblos instalados en Brasil debieron agruparse para poder comunicarse ya que los esclavos de una misma tribu eran separados por los amos para eludir la concomitancia y de ese modo evitar posibles revueltas a los blancos. También aprendieron a comunicarse, cultuando, quizá, a los mismos dioses pero con diferentes elementos y conceptos. En Argentina los afro americanos hicieron su aporte lingüístico y cultural. Tuvieron un rol fundamental dentro de la historia de nuestro pueblo por su asombrosa valentía y espíritu guerrero. Muchos nombres de esclavos libertos figuran en las filas de San Martín, Belgrano, Urquiza y Alvear; en las huestes de Mansilla en la Vuelta de Obligado, Rosas, Roca y Alsina (Conquista al Desierto), Mitre en la Guerra contra el Paraguay, durante las Invasiones Inglesas y la Batalla de Caseros. El 30 de noviembre de 1821 un reglamento policial permitió el establecimiento de sociedades de negros que, mediante este permiso oficial, se fueron agrupando por nacionalidades y se instalaron en el sur de la ciudad (hoy calles Independencia, Chile y México). Cohabitaban las sociedades Cubunda (1823) Benguela, Mores, Mina (1825), Rubolo (1826), Angola, Congo (1827), incluidas las Cabundas, Quisamà, Hombé, Bamba, etc. Estas sociedades y cofradías negras durante la época del carnaval daban un exótico colorido y alegría con su música y murgas. El 1 de febrero de 1822 un decreto, les prohibió danzar en las calles porteñas, esto obligó a los negros a bailar en los quilombos a donde concurrían además, el Gobernador Juan Manuel de Rosas y su hija Manuelita que eran tan venerados por éstos. Tal adoración hizo que se formaran servicios de espionaje y que esto llegara a rebelar a los negros contra sus amos y así muchos señores y damas de la sociedad, fueron acusados de unitarios y pasaron por la mazorca federal. Agrego esta referencia histórica para reflexionar sobre cómo los esclavos pudieron y debieron organizarse, adaptarse a cambios y actitudes adversas en sus vidas sin perder su identidad, sus idiosincrasias a pesar de la transculturación (fusión de ideas, costumbres y cultura de un pueblo con otro que se adaptan para permanecer). Cómo el desarraigo les dio fuerzas a algunos para sobrevivir y a otros para morir en su nombre y causa. Estas actitudes merecen nuestra reflexión porque también debemos “permanecer” en dónde “pertenecemos” y “preservar” nuestra identidad religiosa y cultural.
Vemos con el paso del tiempo, que, aquellos sacerdotes que venimos de una tradición afro americana y que deseamos mantener el carácter religioso de nuestros ancestros, estamos expuestos a diario al atropello y a la falta tolerancia de algunos miembros de la sociedad como también de ministros de otros cultos modernos que necesitan avasallarnos para lograr adeptos con el fin de exterminar una religión que es tan antigua, quizá, como la vida misma. Pues la Religión Africana Tradicional cuenta con más de 3000 años, las religiones afroamericanas desde hace poco más de 4 siglos y medio y la Umbanda desde 1908. Esta última es una fusión entre el catolicismo, africanismo, amerindio y kardecista. Un texto de la C.O.N.D.U. (Consejo Nacional Deliberativo de la Umbanda) con fecha de 7 de agoto de 1977, en el marco de un Congreso organizado por el Centro Espiritista Caminadores de la Verdad en Río de Janeiro, y publicado en el periódico “Gira de Umbanda” expresa lo siguiente:“...Entretanto, debemos considerar que la Umbanda surgió baja la amalgama de las creencias negras y nativas con el cristianismo”. Hoy la Iglesia Universal, los cultos evangelistas nos califican como seres endemoniados, seres atraídos por las chanzas de un Satanás tan burdo y obsoleto que se mantiene ocupado en organizar ejércitos en contra de Dios. Actualmente el moderno culto de la Iglesia Universal, lleva a cabo una afrenta en oposición de las religiones africanas, no solo en nuestro país, sino en el mundo. La forma en que sus ministros y adeptos se constituyen en las bancadas políticas para promulgar leyes en rechazo de nuestros rituales. ¿Será que tendrán que gobernar los inquisidores? No creo que esto asuste a nuestro supuesto aliado: Satanás... ¿Quien es más diabólico? . Me pregunto, si en verdad éstos ministros están tan libres de culpas y demonios. ¿Cuántas mentiras y barbaridades divulgan a su favor y en contra nuestro?. ¿Cuánto dinero recaudan de los diezmos, del estado, de las ventas de artículos sagrados y las donaciones que reciben para sostenerse? En Argentina nos vemos impedidos, muchas veces, en mantener nuestra tradición, la esencia misma de nuestra organización, por la intolerancia de estos sectores de sociedad. No nos reconocen como una religión y no nos dan las mismas posibilidades que a otros credos, a pesar de que la Religión Africana Tradicional fue reconocida por el Concilio Vaticano de 1994, además de tener reconocimiento legal en la Secretaría de Culto y que en nuestro país existe la libertad de creencias religiosas. Creo que estamos cansados de pregonar que no encabezamos una secta. Somos una religión Monoteísta, portadores de una gran bandera, la exaltación de la vida y el misterio de nuestro Creador, ese Dios único (Dios, Olódùmarè, Jehová, Olofi, Ra, Mulukú, Nge, Ndriyananahari etc.) es intangible y soberano. No le rendimos culto porque consideramos que al ser tan grande es inaccesible a las cuestiones terrenales, delegando esa responsabilidad a los Orixás. Somos millones de africanistas y umbandistas diseminados por el mundo tratando de que se comprendan nuestros preceptos. Que rendimos culto a Orixás: “Fuerzas de la naturaleza o energética (creadas por Olódùmarè) desprovistas de un cuerpo material, cuya manifestación es exteriorizada por medio de la ocupación del Orixá al hijo...” Estos pertenecen a una religión africanista pura, a quienes cultuamos y veneramos por ser creación del mismo Olódùmarè (Dios) y que son la fuente misma de potencia. Aprendemos a conocerlos, a agradarlos, y así, se crea una simbiosis, una transmutación de energías que dan por resultado eso que mucho se puede creer o pensar como “milagro”. No somos milagreros, chamanes ni curanderos, o fastidiosos oradores enviados del cielo. Simplemente somos mortales mediadores entre la naturaleza y el hombre que lo necesita. Esa energía o magnetismo positivo que fluye del Orúm a nuestro Orí, dando una fuerza, un axé no común al resto de la gente. Mi concepto es que se ha mixturado mucho las formas de ritual. Una faceta negativa, a su vez, es que la innovación de algunos inconscientes e inadaptados han ayudado a quebrar la fe de la popularidad. Pseudo Sacerdotes han dado axés sin tenerlos, han abierto casas de culto sin tener su jefatura o sacerdocio cumplido o bajo las condiciones requeridas en nuestra ley. Inculcan miedos en vez de respeto y celebración... Muchos pares no entienden de sacrificios y la sorna abunda cuando se siguen puntualmente los pasos para realizar una ofrenda, Ebô, Aressum, obligaciones, etc. Estos factores son una interposición en nuestra senda para lograr buenos reconocimientos y permanencia como religiosos. Hay un factor substancial que es el económico y que en nuestro país, con los acontecimientos pasados, hoy, sufrimos mayores dificultades para efectuar un ritual. No olvidemos, que además, llevar a cabo una ceremonia de Nación es muy costoso y las posibilidades cada vez son mínimas. Encontramos aquí, como en Brasil y Uruguay, que muchas casas no practican la Nación pura sino que cohabitan con la Umbanda y la Quimbanda, ejecutando sesiones semanales y así sustentar, sostener la Nación. Cuando hablo de sostener, significa no solo en la función económica, sino ritual. Los Jefes deben atender consultas, jogar cartas o buzios, realizar trabajos y de esa forma sustentar su casa de culto. Hermanos de la Ley Blanca (Umbanda) nos preguntan a diario el porqué de las ceremonias o Axés tan costosos. Este punto incompatible nos haría llegar a una polémica sin fin. Sí, es de apreciar la falta de conocimiento sobre la práctica de un sacerdocio en algunos sectores. Muchos hermanos consideran que si no se logró la jefatura en la Umbanda no se es Pai o Mae de Santo. En la Umbanda el mayor rango que se obtiene es el de Cacique (cuando ha sido consagrado y coronado su guía, cuando el filho ha pasado por todas sus obligaciones). Se los llama Pai o Mae como una forma cariñosa y sutil. La Nación lleva luego de ciertos procedimientos (no estipulados en tiempo) a que un filho de santo reciba sus axés, y el grado máximo de Babalorixá (en el hombre) y Yalorixá (en la mujer). El tiempo y modo de las obligaciones quedan supeditadas a las decisiones de cada Orixá, de acuerdo a la Nación que se practique, a través del jogo de buzios, o por diversas situaciones de vida es que el Orixá marca el tipo de ritual y sacrificios. El batuque, la nación está en crisis. La tradición muere de a poco por excesos de autosuficiencia, de ignorancia, por falta de ética a cumplir determinados cánones; por el egocentrismo de los jefes y filhos de santo, y porque los tiempos van cambiando... Sé que no es fácil mantener viva la esencia del Batuque, pero si realmente existe la voluntad, el adquirir conocimientos sin perder las idiosincrasias, el Batuque no muere... A todos mis hermanos en la ley misma del batuque, apelo a vuestra conciencia en defender y cuidar el patrimonio tan exquisito que nos legaron nuestros ancestros con tanto dolor, sangre y humillación soportada. Este es el mejor y más noble tributo a ellos y a nuestros Orixás.-

Asé O ...
Òkerè àse sú o...
“Persevera, insiste hasta llegar lejos...”(reza de Yemoja)_________________________________________________________________________Todos los derechos a Iyalorishá Indiana de Yemanja Bomi 11/09/2003

No hay comentarios: