El principio de todo, el alfa de nuestra existencia; su continuidad está signada por aquellas providencias que hemos elegido para transitar en ese camino decidido, inexorable…
Así se tejieron nuestras historias las cuales hemos manipulado entre alegrías y lágrimas.
Hemos truncado deseos, sueños, esperanzas que se fusionaron como el latido persistente de un corazón dolido y enfermo aferrado a la vida.
¡Han pasado tantos años y continúo preguntándome el porqué de este amor irrenunciable!
Ahora puedo pensarte libremente porque tienes las libertades que recorren todos los puntos, planos; todos los cielos con sus soles y lunas desconocidas, magnificas donde los espacios son amplios y pequeños como los recuerdos que me llevan a perpetuarte.
Deseaba otro final, deseaba que tu vida no se apagara, verte en cada esquina y no buscarte en cada estrella.
Te mantengo vivo en mi memoria. Deseo encontrarte en cada imagen, entre los aromas de los eucaliptos y las rosas; un sello diferente, muy nuestro.
Mientras escucho el piano entre sus notas y sus finas melodías te revivo, te busco e imagino a mi lado como esa musa que perdí hace un tiempo, un tiempo prolongado y eterno. Sé que mientras te lleve en mí siempre permanecerás vivo pero libre como el ave que alza vuelo hacia el sol…
(Indiana Bauer
Lomas de Zamora; mayo 3 de 2010)
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