Del escritor al lector (mi tributo a Borges...)
Hoy, todas las primaveras me inspiran. Los otoños me atraen, casi silenciosos, a festejar las eternas propuestas. Los inviernos enfrían mis ánimos y me llevan a la búsqueda del calor de una hoguera inexistente. En el verano, cómo me iluminan los mares agitados o apacibles, con las arenas tibias y los médanos que los circundan. Las lunas plateadas y sus brillos intermitentes en los cielos grandiosos.
Hoy, me complace la vida en mi humilde oficio. En enseñarte mis poemas. En mostrarte las intimidades de las historias de los hombres, pequeños o grandes. En las riquezas y flaquezas humanas. Explicarte, sin que lo pretenda, las tribulaciones de la humanidad tan imperfecta en una galaxia magistral, bella y auténtica. Por ello, en mi eterna búsqueda, trepo los sueños y las fantasías que se acoplan a los deseos mundanos de los enamorados, de los paranoicos, de los artistas en toda su especie. De los legos, de los analfabetos o científicos, y de todos aquellos, que como yo, están en la búsqueda permanente en esta pasarela tan pobre de amor y de honradez. Entonces, como un escultor que plasma, ordena y transforma el mármol en su obra más perfecta, o el artesano que talla la madera muerta recobrando la hermosura de sus vetas, o ese maestro que nos entrega silencioso, cada letra del libro de la vida y nos enseña presuroso a rescatar los eternos olvidos de los hombres frágiles. Por ello, mi naturaleza soñadora, desea revelarte con mi pluma los misterios y las vivencias en cada libro que yo escriba, y sepas tú, atesorarlos en un rincón de tu memoria y en estante del corazón, hilvanados cuidadosamente con el uso de la razón, Indiana A. Bauer
(Derechos Reservados) Homenaje en el Día del Escritor.
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